Roger Martínez, una de las joyas formadas en la cantera del Espanyol, ha firmado por el Barça Atlètic tras una salida inesperada y dolorosa del club blanquiazul. El movimiento ha generado sorpresa entre muchos aficionados pericos, pero detrás hay una historia que deja mal sabor de boca en la dirección deportiva del club.
De promesa renovada… a descartado sin explicación
La temporada pasada, el centrocampista tenía sobre la mesa ofertas más atractivas que la del Espanyol. Sin embargo, según ha podido saber Fútbol in!, fue convencido personalmente por Fran Garagarza y Manolo González para que apostara por continuar en el proyecto perico. El mensaje fue claro: el club contaba con él y su proyección era parte importante del futuro del equipo.
El futbolista, confiando en esa visión, decidió renovar su contrato a pesar de que, deportivamente y económicamente, tenía mejores alternativas. Pero tan solo un año después, el desenlace ha sido radicalmente distinto: el club le rescindió el contrato sin ofrecerle explicaciones claras.
Silencio desde los despachos
Desde el entorno del jugador se asegura que la rescisión llegó sin una conversación previa, sin argumentos deportivos ni planes alternativos. Roger, sorprendido por la decisión, ha optado por dar un giro a su carrera firmando con el Barça Atlètic, donde buscará el protagonismo que no ha encontrado en el RCDE.
Este episodio reabre el debate sobre la gestión de la cantera por parte de la dirección deportiva del RCD Espanyol, especialmente cuando varios jugadores con potencial han abandonado el club sin apenas oportunidades en el primer equipo.
Una salida que duele
Más allá de que haya recalado en el eterno rival, lo que realmente duele en el entorno perico es la forma en la que se ha perdido a un jugador que apostó por el club cuando más falta hacía. Un talento que creyó en el proyecto, pero que terminó marchándose por la puerta de atrás, sin explicaciones ni agradecimientos.

Algo ha pasado.
Los técnicos del Espanyol no son tontitos
Saludos Cordiales Phoenix
Otra afrenta y mala gestión más con la que nos carga el inútil vende humos de Garagarza. Esperemos que por fin ésta haya sido la última puñalada que nos pega y lo facturen para Eibar mañana mismo. Y ya puestos, puede llevarse a Manolo. O a Ramos. De hecho, si tuviera dignidad él sólo ya se habría ido, porque él estaba por la (antigua) propiedad. O si no, que se lo lleven con Mao a “la matriz”