Instalado en ese momento en el que todo sale de cara, el Espanyol se instala tercero en la clasificación con un equipo que lucha hasta el final y que cree en sí mismo.
Comenzaba el Espanyol con la receta de Manolo González: presión alta y mucho compromiso para un equipo que no da un balón por perdido y que mantuvo al Mallorca a raya hasta el descuento de la primera parte.
Con especial predilección por la banda izquierda comenzaba atacando un Espanyol que entre Romero, Puado y Roberto incomodaban a la defensa bermellona en varias ocasiones durante los primeros minutos de partido.
Y así llegó el primer gol, Carlos Romero centraría un balón medido al área pequeña y entrando desde atrás Pere Milla lograba su tercer gol de la temporada adelantándose a los centrales del Mallorca.
No cedía en su intento el Espanyol y apretando a su rival llegó el segundo por la banda derecha. Justo lo que pedía un Manolo González que veía como Dolan no había entrado en juego prácticamente. Fue el inglés el que puso un buen centro al segundo palo y con una salida mal medida de Leo Román, Roberto Fernández hacía el segundo.
Treinta y cinco minutos de partido y todo fluía para el cuadro perico que esperaba al descanso para tomar aire. Pero como dice el dicho: “dura poco la alegría en casa del pobre”.
Penalti absurdo de un Pol Lozano que había perdido la marca de Mateo Joseph y que se veía obligado a agarrarle para que el canterano perico no rematara solo un que Muriqi iba a materializar.
Un minuto después Pere Milla, tras un falta no señalada por el árbitro, decide auto expulsarse diciéndole al colegiado “que malo eres”. Hernández Hernández queriendo darle la razón al jugador le enseña la roja.
Cuesta arriba se planteaba la segunda parte con un Mallorca que quiso dar un paso hacia delante con Maffeo y Virgili dándole más profundidad a un equipo que encerraba al Espanyol en el área. Primeros veinte minutos con Muriqi rematándolo todo en el área y Dmitrovic sacando manos salvadoras pero que nada pudo hacer con un remate del kosovar a centro de Maffeo.
Empate en el marcador y todo hacía indicar que el Mallorca solventaría la papeleta con el tercero.
Nada más lejos de la realidad, con tres cambios que dieron consistencia al equipo se obró el milagro. Pickel le daba músculo al centro del campo, Rubén Sánchez se hacía con el lateral para mover a Omar a defensa de cinco y Kike García entraba para seguir peleandose con los centrales rivales.
En una acción sin peligro aparente, Raillo empujaba en el área a Dolan y el árbitro señalaba penalti. Kike García ponía el tercero en el marcador ante un estadio que se venía abajo.
Aguantó el equipo hasta el final defendiéndose como gato panza arriba para conseguir una nueva victoria que hace posible el diez de doce.
Y no fue un milagro no, cuando se trata de creer y de ir a por la victoria este equipo no negocia esfuerzos. El camino está marcado y solo se puede ser positivo con lo que está por venir. Sin creérselo, pero que no falte la ambición.
FICHA TÉCNICA:
Goles: Pere Milla, 20´(1-0), Roberto Fernández, 34´(2-0), Muriqi (p), 45´(2-1), Muriqi, 65´(2-2) y Kike García, 81´(3-2).
Espanyol: Dmitrovic, Omar El Hilali, Calero, Cabrera, Carlos Romero, Urko, Pol Lozano, Dolan, Puado, Pere Milla y Roberto Fernández. También jugaron: Pickel, Rubén Sánchez, Kike García, Miguel Rubio y Terrats.
Mallorca: Leo Román, Morey, Valjent, Raillo, Kumbulla, Mojica, Morlanes, Sergi Darder, Pablo Torre, Joseph y Muriqi. También jugaron: Maffeo, Virgili, Abdón, Samu Costa y Doménech.
RCDE Stadium 26.082 espectadores