Valencia, Pericos, Valencia. Valencia ya como una final anticipada para nuestros intereses, sean cuales sean. Europa, naranja o verde, o la salvación, ya sea por lo civil o por lo criminal. Y no, por favor, no nos confundamos: en cada partido, en nuestro templo, nos va la vida. Así que, quien pueda permitírselo, por favor, no lo dudéis: id y que sea una auténtica olla a presión. Hay que ganarlo absolutamente todo como local. Mañana previsiblemente veremos a un Valencia que ha mejorado últimamente, así que confianzas, las justas. Habrá que poner toda la carne en el asador. Eso, segurísimo.
Yo estoy muy feliz con la dinámica actual, pero habrá que trabajar muy duro. Estoy realmente impaciente por que llegue mañana, y es que venimos del Bernabéu tras hacer un partido muy digno allí, con toda la dificultad existente. El Bernabéu son palabras mayores, pero mañana, no obstante, será otra final. Cero confianzas con el rival, que ha derrotado en Mestalla a todo un Athletic Club de Bilbao, pero plena confianza en los nuestros y en nosotros también, la afición. Luego ya habrá tiempo de pensar en el derbi y, sí, esperemos llegar allí habiendo ganado al Valencia. Es más, lo diré de otra forma: quiero ganar al Valencia y a un Girona en horas bajas. Seis puntos de seis. Dos partidos, dos victorias. Creedme, es posible.
Nos vemos mañana, Pericos, en nuestra olla a presión. El templo. ¡Que no falte nadie! ¡Visca l’Espanyol!
Joan Balazote